Nací en circunstancias inusuales. Nací árbol. Crecí y me reproduje como tal, y cual cucaracha, estoy haciendo todo lo posible por morir y desaparecer dignamente.

Por desgracia, ahora soy un tocón. No hay nada más triste que un tocón. Es la época, siempre sabemos que antes de que llegue la primavera algunos de nosotros caeremos de la manera más vil. Por si fuera poco, siempre quedará en nuestro lugar una señal mutilada que hará recordar al resto de árboles que ellos pueden ser los próximos.

Tocón es la palabra más desagradable e irónica del mundo. Dice la RAE (porque ahí donde me ves yo soy muy culto, tocón, pero culto) que un tocón es la parte del tronco que queda unida a la raíz cuando lo cortan por el pie. Y como segunda acepción dan la siguiente: Muy aficionado a tocar o sobar algo. Ridículo, ¿verdad?

Nací en circunstancias... que no recuerdo y muero poco a poco intentando olvidarme que un día tuve brazos que tocaban el viento.

5 comentarios:

Pat dijo...

Yo creo que nací molonillo de viento, de esos con las aspas de colores de las ferias... Y poco a poco, muy poco a poco, se me caen las aspas y me clavo en el suelo.

Me da penilla. Me gusta el viento.

En mayo voy a Madrid, no sé si os lo había comentado. Muaks

Inocente82 dijo...

Te esperamos con las aspas abiertas... Bs!

Inocente82 dijo...

Qué cursi me ha quedado. Cambio por algo más callejero: ok, nos vemos por los bares... :P

Itziar San Vicente dijo...

Seguro que has visto muchas cosas en NY, seguro que tocones también.

Inocente82 dijo...

Había pocos tocones en NY. Pero sí me fijé en uno en Central Park con tulipanes (había muchos) amarillos alrededor. Bs, Itzi.