"Así es cómo se enamora tu corazón con el mío*"
24 de marzo de 2013
Creo que ya lo he dicho en alguna ocasión: me encanta ver llover. Estar en casa, abrigado, escuchando la lluvia. Salí a correr a media tarde. Había llovido un par de horas antes, pero se había quedado muy buena tarde. A 20 minutos de haber salido, tuve que "correr" a casa porque volvió a romper a llover, muy fuerte. No es muy cómodo correr por el Retiro mientras llueve.
Llegué a casa, me desnudé y fui directo a la ducha. Aunque no hacía frío, quise sentir el agua muy caliente cayendo sobre mí. Fue en ese instante en el que metí mi cabeza bajo agua cuando comencé a escuchar la discusión. Las voces venían del piso de al lado. Pero sus autores parecían estar en mi mismo piso, en una habitación, al lado de mi baño, y con las puertas abiertas. Pensé que si yo les oído con tal nitidez, ellos escucharían el grifo de mi ducha. Lo cerré. Y desnudo, de pie, y mojado, escuché atentamente.
Chico 1.
- Las 7. Ni a las 4, ni a las 5. A las 7. Para eso te podías haber quedado.
Chico 2.
- Ya te he dicho que lo siento.
Chico 1.
- No me vale. Ahora, ¿qué hago con la comida? ¿La tiro?
Chico 2.
No la tires. La ceno yo.
Chico 1.
- No la cenas tú. VAS A CENAR MIERDA.
Chico 2.
- Lo que tú digas.
Chico 1.
- O sea, que te quedas a comer en la oficina, me dices que es porque estás más a gusto allí, y yo me tengo que callar. ¿Para eso me trajiste de Málaga? No sé para qué te hago caso nunca. Que está más a gusto en la oficina que en su casa.
He intentado imaginarme a estos dos chicos en Málaga, el día que se conocieron. Ellos parece que ya lo han olvidado, así que nadie me va a contrariar mi versión. Chico 1 es gordito y con barba. Chico 2 más pequeño, y le gusta llevar pantalones bajos y Vans, menos cuando trabaja, que va en traje. Chico 1 conoció a Chico 2 en un bar donde la música era altísima. También tuvieron que gritarse entonces, pero por otras razones. El discurso también fue otro. Terminaron en la playa, primero bebiendo una cerveza que compraron a un negro en la calle. Luego se bañaron. Era muy de noche, la playa estaba desierta, y ambos estaban muy borrachos y algo sordos. Se besaron y follaron. Y volvieron a gritar. Yo les escuché.
* Tonada De Luna Llena, de Caetano Veloso.
1 comentario:
A excepción del último párrafo, esta historia acaba de ocurrir hace escasas horas.
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