El otro día llovió en Madrid.

La gente respiró aliviada; mientras se aligeraba en abrir sus paraguas, que llevan todo el año en sus bolsos.

(Por lo que pueda pasar).

No hizo falta que Esperanza bombardease el cielo.

Llovió, sin más, durante unos minutos, que aproveché para ir andando a casa.

2 comentarios:

Morgana dijo...

Es fantástica esa sensación!!

Me hace pensar que hace tiempo que no camino bajo la lluvia...

peter k dijo...

quien sabe, pero creo que pronto quizas tambien yo ande en la lluvia por las calles de madrid.

nos conoceremos al cruzarnos porque no llevaremos paraguas...