Agárrate fuerte a mí... bestia parda, que ya nada importa. Todo ha acabado, para nosotros ha acabado de empezar. Disfruta del camino (agárrate fuerte, más fuerte) porque habrá baches. Pero luego, a cada parada, verás cómo se acerca el sol a tu ventana. Tanto que parece que va a entrar en tu habitación. Y tú le haces hueco, por si más tarde vuelven los baches. Pero, no te preocupes, vas conmigo. Y nunca más sentirte solo... Y ya nada más importa. Ni siquiera los puntos seguidos los puntos y coma los puntos y aparte porque el sol ha llegado a tu ventana.
Agárrate fuerte a mí... bestia parda, que ya nada importa. Todo ha acabado, para nosotros ha acabado de empezar. Disfruta del camino (agárrate fuerte, más fuerte) porque habrá baches. Pero luego, a cada parada, verás cómo se acerca el sol a tu ventana. Tanto que parece que va a entrar en tu habitación. Y tú le haces hueco, por si más tarde vuelven los baches. Pero, no te preocupes, vas conmigo. Y nunca más sentirte solo... Y ya nada más importa. Ni siquiera los puntos seguidos los puntos y coma los puntos y aparte porque el sol ha llegado a tu ventana.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Uouh!
Me han gustado los dos textos. Muy profundos y muy poéticos (sí, ya sé que tú nunca has pensado en escribir poemas, pero la poesía está por todas partes).
Y me gusta la foto. Me recuerda a Berlín o a Barcelona o a Salamanca o a Madrid o a Zamora. Me recuerda ti.
Abrazos.
Es Madrid, Caballero de Gracia. Gracias, caballero.
Precioso, simplemente precioso último...
Besos
Qué bien tenerte de vuelta, Morgana. Ya sabes que esto funciona, en gran parte, gracias a ti.
Publicar un comentario