
Pronto me sumergí en un sueño sin sueños.
- Qué vida interior más rica tienes.
- Ummmm, riquísima.- Me contestó mientras saboreaba la cerveza. Ya era la cuarta. Yo tenía que trabajar al día siguiente y se acercaba la medianoche. No parábamos de inventarnos historias y contar disparates, los primeros que nos venían a la cabeza, mientras nos rozábamos las piernas.
No hizo falta despertarme.
3 comentarios:
Se intuye que fue una noche especial...
Hablar por hablar. Palabras sin sentido. Es una muy buena manera de relajar cuerpo y mente...
besos, último...
Mantra. El oleaje de palabras que manan de los labios viene, va, viene, va, viene... subiendo cada vez un poco más en la arena hasta alcanzar la mente cada vez con más intensidad para, finalmente, arrastrarla con ella y perderla en el inmenso mar de todos los sonidos dichos...
X P
Morgana, estás en lo cierto: fue una noche espectacular. Un beso
Alakazaam! Tus palabras son propias de un post nuevo. Da gusto escucharte. Un abrazo
Publicar un comentario