It´s too late (o Una cuentión de principios)
22 de junio de 2011

Ella corría de aquí para allá. Temía sentarse -más aún, tumbarse- y relajar esa cabecita suya y empezar a pensar en bobadas. Si estaba ocupada, no se detendría a pensar. Es difícil darse cuenta de ello cuando se está por las nubes, salvando el mundo*.
Alguien podría pensar que aún le quedaba por delante toda una vida. Pero ella, sensata, pensó que sus mejores años ya habían pasado. Y que era hora de tomar decisiones. De esas que marcan y definen a una persona. Juró que nunca tendría coche ni moto: le gustaba caminar, le gustaba su bici, y no necesitaba un vehículo al que tener que alimentar de gasolina. Era su forma de ayudar a ese Medio Ambiente y también era la forma de evidenciar que cada vez necesitaba menos cosas materiales. 
Juró también que nunca volvería a deprimirse. Nada ni nadie lo merecían.
Pensó cómo querría ser recordada. Pensó en sus hijos, sobrinos y nietos; y pensó en cómo querría ser para ellos. Pensó qué hacer mañana, la semana que viene, el mes de agosto y el año que viene. Pensó dónde estar. Y rodeada de quién. Pensó en cómo ganarse la vida, y si necesitaba un trabajo que le permitiera comprarse un coche que no quería o si simplemente podía trabajar para comer y para nada más. 
Pensé en gente que no conocía. Y pensó en cómo podía ayudarla. 
Pensó, pensó, y se acordó de por qué nunca paraba a pensar.
* Eat that up, it´s good for you, de Two Door Cinema Club

No hay comentarios: