Intuyo que se avecinan cambios.

Hace unos años, unos meses tan sólo, esa sensación me hubiese provocado miedo. Sin embargo, hoy sólo pienso que los cambios van a ser buenos. Sean los que sean, venga lo que venga. Estoy preparado.

También intuyo que estoy preparado.

Que como decía Susan Sarandon a Sean Penn, la verdad me ha liberado (aunque no esté con un pañal a punto de ser ejecutado).

Intuyo que me va a gustar.

Y que el miedo va a empezar a diluirse poco a poco. Y que el resto de mis días, sean muchos o pocos, van a ser cómo un día de sol. En la playa. Adormilado. Con la nuca sudorosa. Pensando lo afortunado que soy. O lo que ese día habrá para comer en el chiringuito. El sol me ciega y alguien me toca el pelo. Y a mí no me importa. Me gusta.

1 comentario:

Morgana dijo...

Entonces... será fantástico recibir esos cambios.

Sumo placer que te acaricien el pelo, sólo comparable a ser uno el "acariciador"...

Me alegro mucho por ti último,
Besos